Historia del plantel
En el año de 1980, con gran amor por los niños y gran inquietud de dar a conocer y transmitir sus enseñanzas, una extraordinaria mujer a quien todos conocemos como Prof: Miguelina Rodríguez Márquez comienza a instruir en el área de Preescolar a un pequeño número de niños en el sector de La Caraqueña.
Es en 1984, cuando sus esperanzas y sueños se ven crecer, pues se logra introducir en el Ministerio de Educación una solicitud de Inscripción Inicial para el colegio, lográndonos ubicarnos en él mismo con el nombre de Jardín de Infancia “Los Angelitos”, luego en 1985, se da paso a la Escuela Básica quien por incremento de matricula estudiantil se logra ubicar desde Primero hasta Sexto Grado de Educación Primaria.
En el año de 1987-1988 por decisión presidencial de Carlos Andrés Pérez se decreta a todas aquellas instituciones con más de dos modalidades, aplicar Unidades Educativas y se obliga a colocarles un nombre de historiadores a los planteles, es entonces cuando se revisa la documentación en el Registro Mercantil, optando por ponerle Unidad Educativa “Carlos Soublette” haciendo méritos al ilustre prócer General Carlos Valentín José de la Soledad Antonio del Sacramento Soublette Pérez, quien naciera el 05 de Diciembre de 1789, siendo hijo legítimo de Don Antonio Soublette y de Doña Teresa Pérez de Aristigueta.
En la actualidad la Institución posee 2 directivos, 1 orientador, 16 docentes, 2 administrativos y 2 obreros. Una matrícula de 158 estudiantes: 78 varones y 80 hembras, desde Educación Preescolar hasta 5to año da bachillerato de los cuales han egresado 16 promociones de bachilleres en Educación Media. Además, la Institución cuenta con 9 aulas destinadas a las actividades escolares, un laboratorio para biología y química, 1 oficina destinada a la dirección del Plantel y secretaria, un departamento de evaluación, una biblioteca y una cancha útil a las actividades recreacionales y deportivas.
Hoy rendimos el más grato homenaje a tan célebre personaje “Carlos Soublette”, por llevar su nombre como símbolo de rectitud en nuestras enseñanzas y teniendo la esperanza de continuar forjando hombres del mañana; y que esta meta que propuso la profesora Miguelina Rodríguez Márquez sea ejemplo para mucho de nuestros compatriotas.